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Tema: El resplandor divino: Jesús, la luz eterna.

  1. Introducción

Bienvenidos a 40 días de gracia. Hoy, nos encontramos con Jesús, quien se declara la luz del mundo. ¿Qué significa esta afirmación para nosotros? ¿Cómo podemos caminar en la verdad que Jesús nos revela? ¡Acompáñanos en esta reflexión sobre la luz divina y caminemos juntos hacia esa luz que nunca se apaga!

  1. Oración inicial

Oh, Dios, por tu gracia inefable nos sentimos enriquecidos con toda bendición; haz que pasemos de la corrupción del hombre viejo a la novedad de la vida, de modo que nos preparemos para la gloria del Reino celestial. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

  1. Reflexión del Evangelio

«Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida» (Jn 8,12).

Jesús pronuncia estas palabras en el Templo, donde las lámparas del candelabro iluminaban el lugar. Pero Él habla de una luz mayor: la luz que ilumina el alma y disipa las sombras del pecado y la confusión.

San Agustín nos dice: “La luz de Cristo no se apaga ni se gasta, sino que ilumina a todo aquel que se abre a ella”. Y San Cirilo de Jerusalén explica que seguir a Jesús no es solo un acto de fe, sino una transformación: su luz cambia nuestro modo de ver el mundo, de vivir y de amar.

¿Dónde buscas luz en los momentos de incertidumbre? ¿Estamos dispuestos a seguir a Jesús y a dejar que su luz ilumine nuestro camino? A veces confiamos en nuestras propias fuerzas, en la opinión de otros o en seguridades temporales. Pero solo Jesús nos ofrece la luz que no engaña ni se apaga. Él nos invita a caminar con Él, a abrir nuestro corazón a su verdad y dejar que su claridad ilumine cada rincón de nuestra vida. Hoy, ¿quieres seguir su luz?

  1. Propósitos

Jesús nos llama a salir de la oscuridad y vivir en su luz. ¿Cómo podemos responder a esta invitación?:

  • Dedica tiempo a la lectura y meditación de la Palabra de Dios, buscando encontrar en ella la luz que guíe tu camino.
  • Examina tus acciones a la luz del Evangelio y busca vivir de acuerdo con la verdad, y sé luz para los demás, siendo testigo del amor de Dios.
  • Evita las tinieblas: Aléjate de las situaciones y actitudes que te alejan de la luz de Cristo.

Hermano: Cada decisión que tomamos puede acercarnos a la luz de Cristo. Anímate a compartir estos propósitos con alguien más y acompáñense mutuamente en este camino.

  1. Oración final

«Ustedes son la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte» (Mt 5,14).

Oremos: Señor, Tú eres la luz que ilumina nuestras tinieblas. Danos la gracia de seguirte con fidelidad y de reflejar tu luz en nuestras acciones. Que en esta Cuaresma aprendamos a buscar la verdad y a compartir tu amor con quienes nos rodean. Que nunca nos apartemos de Ti, fuente de vida y salvación. Amén.

  1. Cierre

«El que me sigue no caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida» (Jn 8,12).

Hoy hemos reflexionado sobre la luz de Jesús y su invitación a caminar en la verdad. ¿Estás dispuesto a dejar que su luz guíe tu vida?

Nos vemos mañana en 40 días de gracia.