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Tema: El desafío de la fidelidad: no hay lugar para la neutralidad.

 

  1. Introducción

Bienvenidos a 40 días de gracia. En este camino cuaresmal, Jesús nos recuerda que el Reino de Dios ya está en acción. Hoy, nos enfrentamos a una pregunta crucial: ¿De qué lado estamos? En un mundo lleno de divisiones y polarizaciones, Jesús nos invita a elegir entre la luz y las tinieblas. ¿Estás listo para tomar una decisión? ¡Acompáñanos en este camino!

 

  1. Oración inicial

Invocamos humildemente, Señor, tu grandeza para que, a medida que se acerca la fiesta de nuestra salvación, vaya creciendo en intensidad nuestra entrega para celebrar dignamente el misterio pascual. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

 

  1. Reflexión del Evangelio

«El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama» (Lc 11,23).

Jesús realiza un milagro: libera a un hombre poseído. Pero en lugar de alegría, algunos lo acusan de actuar con el poder del demonio. Jesús responde con claridad que su poder proviene de Dios.

San Agustín nos dice que donde está Cristo, está el Reino. Pero esto nos exige una decisión: ¿en qué lado estamos? No podemos ser neutrales en la lucha espiritual. San Juan Crisóstomo advierte que cuando un alma no está habitada por Dios, el enemigo busca ocupar su lugar.

Como dice San Juan María Vianey «Un cristiano que hace un santo uso de la oración y de los sacramentos, es tan temible para el demonio, como lo sería un dragón a caballo frente a su enemigo desarmado… Si, un cristiano que reza y frecuenta los sacramentos con las disposiciones necesarias, es más temible al demonio que ese dragón del que les hablé…«.

Hermanos: ¿Cuántas veces hemos intentado mantenernos neutrales ante el bien y el mal? ¿Hemos justificado nuestras acciones ambiguas? Jesús nos invita a tomar partido por la verdad y la justicia, sin miedo a las consecuencias. Porque la lucha contra el mal no es simbólica, sino real.

 

  1. Propósitos

Hoy Jesús nos invita a reconocer su acción en nuestra vida y a vivir con decisión en su Reino:

  • Identifica un área de tu vida donde necesitas más la presencia de Dios y entrégasela en oración.
  • Renuncia a la ambigüedad: No tengas miedo de tomar decisiones claras y firmes, basadas en los valores del Evangelio.
  • Fortalece tu compromiso con Cristo: ora, lee la Palabra y defiende la vida, la familia, la pureza de la niñez y los fundamentos de nuestra fe.

Cada paso que damos hacia Dios fortalece su Reino en nosotros. Anímate a compartir estos propósitos con alguien más y acompáñense mutuamente en este camino.

 

  1. Oración final

«El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?» (Salmo 27,1).

Señor Jesús, ayúdanos a reconocerte en nuestra vida y a ser testigos fieles de tu Reino. Que tu Santo Espíritu habite en nosotros guiando cada pensamiento, palabra y acción para gloria de tu nombre. Danos la valentía de elegirte cada día y de proclamar tu victoria sobre el mal. Amén.

 

  1. Cierre

«El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama» (Lc 11,23).

Hoy hemos reflexionado sobre la importancia de elegir a Cristo. ¿Estás dispuesto a dejar atrás la ambigüedad y a seguirlo con todo tu corazón?

Nos vemos mañana en 40 días de gracia.