Tema: La cruz en el horizonte: la hora de la salvación se aproxima.
- Introducción
Bienvenidos a 40 días de gracia. Nos acercamos a la Semana Santa, y el conflicto entre la luz y las tinieblas se intensifica. En este episodio, contemplamos cómo la decisión de condenar a Jesús ya está en marcha. A pesar de la oposición, el amor de Cristo no se detiene. ¿Cómo enfrentamos las injusticias de nuestro tiempo? ¿Nos atrevemos a seguirlo hasta la cruz?
- Oración inicial
Oh, Dios, que has hecho a todos los renacidos en Cristo pueblo escogido y sacerdocio real, concédenos querer y realizar cuanto nos mandas, para que el pueblo, llamado a la vida eterna, tenga una misma fe en el corazón y una misma santidad en los actos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
- Reflexión del Evangelio
«Conviene que solo un hombre muera por el pueblo, y que no perezca la nación entera» (Jn 11,50).
El Evangelio de hoy nos muestra cómo el miedo al cambio lleva a la injusticia. Los líderes religiosos ven en Jesús una amenaza a su estabilidad y deciden eliminarlo. La historia se repite: en nuestra sociedad, muchas veces sacrificamos la verdad por conveniencia, la justicia por intereses personales, la dignidad humana por el poder.
Vivimos en un mundo donde el bien puede ser tergiversado y la mentira se disfraza de necesidad. Se persigue a quienes defienden la vida, se censura la fe en nombre del progreso, se rechaza a los más frágiles en favor de una falsa eficiencia. Jesús también fue rechazado, no porque hiciera el mal, sino porque su amor ponía en evidencia la dureza de los corazones.
San Agustín decía: «El mal obra su propósito, pero Dios usa ese mal para un propósito mayor». Aun en medio de la injusticia, Dios sigue obrando su plan de salvación. Hoy, cuando la verdad es atacada, ¿nos quedamos callados o defendemos lo justo? Cuando el sufrimiento nos golpea, ¿nos unimos a la cruz de Cristo o huimos de ella? Su entrega nos muestra el camino: amar hasta el extremo, aunque cueste. ¿Nos atrevemos a seguirlo?
- Propósitos
Jesús nos enseña que el amor verdadero no huye del sacrificio. Hoy podemos dar pasos concretos para abrazar su enseñanza:
- No calles ante la injusticia: Defiende la verdad con caridad, pero con firmeza y sé instrumento de unidad.
- Acoge el sufrimiento con fe y no huyas de los momentos difíciles, entrégaselos a Dios.
- Haz un acto de caridad por alguien que sufre, llevando esperanza donde parece no haberla.
Hermanos: Sigamos el camino de la cruz con la certeza de que nos lleva a la vida. Anímate a compartir estos propósitos con alguien más y a acompañarse mutuamente en este camino.
- Oración final
«Señor, queremos devolverte amor por amor; y si el deseo de seguirte no procede todavía de nuestro amor por ti, porque es muy débil, por lo menos que nuestro amor provenga de tu amor» (San Roberto Belarmino).
Señor, tu cruz es el acto supremo de amor. Enséñanos a no temer el sacrificio cuando se trata de seguirte. Danos la valentía de defender la verdad y la fortaleza para cargar con fidelidad nuestra propia cruz. Que nuestro amor sea reflejo del tuyo, dispuesto a darlo todo. Amén.
- Cierre
«Desde aquel día decidieron darle muerte» (Jn 11,53).
En el horizonte se alza la cruz, pero en ella brilla la victoria del amor. Hoy hemos reflexionado sobre la importancia de elegir siempre la verdad. ¿Estás dispuesto a seguir a Jesús, incluso cuando el camino sea difícil?
Nos vemos mañana en 40 días de gracia.