Tema: El susurro del perdón: cuando la misericordia escribe una nueva historia.
- Introducción
Bienvenidos a 40 días de gracia. Hoy, el Evangelio nos presenta una escena de juicio y misericordia: una mujer condenada, un silencio elocuente y la palabra de Jesús que libera. ¿Qué nos enseña este encuentro sobre la misericordia y el perdón? ¿Cómo podemos experimentar la gracia de un nuevo comienzo? ¡Acompáñanos en esta reflexión sobre la misericordia divina!
- Oración inicial
Te pedimos, Señor, Dios nuestro, que, con tu ayuda, avancemos animosamente hacia aquel mismo amor que movió a tu Hijo a entregarse a la muerte por la salvación del mundo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
- Reflexión del Evangelio
«El que esté libre de pecado que tire la primera piedra» (Jn 8,7).
Con estas palabras, Jesús redefine la justicia divina: no es una justicia que condena, sino que salva. Por ello, esta escena es una de las más impactantes del Evangelio. Jesús no niega la falta de la mujer adúltera, pero revela una verdad más profunda: todos somos pecadores y necesitamos misericordia. Los fariseos la exponen para condenarla, pero Jesús la rescata con su amor. Imaginemos el momento en que sus ojos llenos de amor se levantan hacia la mujer, no para juzgarla, sino para sanarla. ¡Qué eco tan profundo tiene esto en nuestras vidas! En Cristo, encontramos la mirada que nos devuelve la dignidad perdida.
San Agustín nos dice que aquí encontramos dos realidades: la miseria y la misericordia. La miseria humana, expuesta y frágil; la misericordia divina, fuerte y transformadora. Jesús no justifica el pecado, sino que redime a la persona. No le dice: «No importa lo que hiciste», sino: «Vete, y en adelante no peques más».
Piensa en un momento en el que te has sentido juzgado o has juzgado a otros. ¿No es cierto que muchas veces somos rápidos para señalar y lentos para perdonar? La misericordia de Dios no es complicidad con el pecado, sino oportunidad para un nuevo comienzo. Hoy, Jesús nos dice a cada uno: «Yo tampoco te condeno». ¿Qué harás con esa gracia?
- Propósitos
La invitación de hoy es a abandonar el juicio y abrazar la misericordia. Podemos comenzar con pequeños pasos:
- Examina tus actitudes y busca eliminar cualquier juicio injusto hacia los demás.
- Reconoce tus pecados y acércate a la Confesión: Recibe la misericordia de Dios para ofrecerla a los demás.
- Practica el perdón y sé instrumento de misericordia: Busca oportunidades para mostrar compasión y misericordia a los demás.
El amor de Cristo nos transforma y nos libera. Anímate a compartir estos propósitos con alguien más y acompáñense mutuamente en este camino.
- Oración final
«Sean compasivos como su Padre es compasivo. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados» (Lc 6,36-37).
Oremos: Señor, tú que inclinas tu rostro hacia el polvo donde nos hemos caído, lávanos con tu amor y levántanos con tu palabra de vida. Perdona nuestras culpas, calma nuestras tempestades interiores, y haznos instrumentos de tu paz. Que nunca lancemos piedras, sino que aprendamos de Ti a ser reflejo de tu misericordia infinita. Amén.
- Cierre
«El que esté libre de pecado que tire la primera piedra» (Jn 8,7).
Hoy hemos reflexionado sobre la misericordia y el perdón. ¿Estás dispuesto a dejar que la gracia de Dios transforme tu vida?
Nos vemos mañana en 40 días de gracia.