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Tema: El testimonio de Cristo: la luz que vence la oscuridad.

  1. Introducción

Bienvenidos a 40 días de gracia. Hoy, nos enfrentamos a la verdad que Jesús proclama, una verdad que exige una respuesta. ¿Qué testigos presenta Jesús para respaldar su misión divina? ¿Cómo respondemos nosotros a la Palabra de Dios? ¡Acompáñanos en esta reflexión!

  1. Oración inicial

Imploramos deseosos, Señor, tu perdón, para que tus siervos, corregidos por la penitencia y educados por las buenas obras, nos mantengamos fieles a tus mandamientos, para llegar, bien dispuestos, a las fiestas de Pascua. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

  1. Reflexión del Evangelio

«Estudian las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues ellas están dando testimonio de mí, ¡y no quieren venir a mí para tener vida!» (Jn 5,39-40).

En este pasaje, Jesús responde a las críticas de los judíos, quienes dudan de su autoridad. Jesús presenta varios testigos que respaldan su misión: Juan el Bautista, las obras que realiza, el Padre mismo y las Escrituras. Jesús revela que la incredulidad de los judíos se debe a su falta de amor a Dios y a su búsqueda de gloria humana.

San Agustín nos dice que la soberbia es el mayor obstáculo para aceptar a Cristo: queremos pruebas, pero rechazamos la evidencia cuando nos exige conversión. San Carlos de Foucauld dice: «Toda nuestra vida, por muda que sea, debe dar testimonio del Evangelio. Toda nuestra existencia, todo nuestro ser debe gritar el Evangelio sobre los techos. Toda nuestra persona debe respirar a Jesús. Todos los actos de nuestra vida deben gritar que le pertenecemos y deben ser una imagen de vida evangélica. Todo nuestro ser debe ser una predicación viva, un reflejo de Jesús, un perfume de Jesús, algo en lo que resplandezca la imagen de Jesús».

Piénsalo: ¿Cuántas veces hemos cerrado los ojos ante la evidencia de la verdad? ¿Cuántas veces pedimos a Dios respuestas y, al recibirlas, no queremos aceptarlas porque no encajan en nuestra lógica y planes? La Cuaresma es un tiempo para afinar el oído del alma, para dejar que la Palabra de Dios transforme nuestra forma de ver la realidad. ¿Estás dispuesto a escuchar su testimonio y dejar que guíe tu vida?

  1. Propósitos

El testimonio de Dios está presente en tu vida. Hoy puedes tomar decisiones concretas para abrir el corazón a su verdad:

  • Dedica tiempo a la lectura y meditación de la Palabra de Dios, buscando encontrar en ella el testimonio de Jesús.
  • Reconoce un momento en el que Dios te ha hablado a través de una persona, un acontecimiento o una lectura.
  • Participa en la Eucaristía, reconociendo en ella el testimonio supremo del amor divino, y practica el amor al prójimo como reflejo del amor de Dios.

Cada paso en el camino de la escucha nos acerca más a la verdad. Anímate a compartir estos propósitos con alguien más y acompáñense mutuamente en este camino.

  1. Oración final

«Tus palabras, Señor, son espíritu y vida» (Jn 6,63).

Padre eterno, te pedimos que abras nuestros corazones a la verdad que tú nos revelas. Ayúdanos a reconocer a Jesús como tu Hijo y a vivir según tu voluntad. Amén.

  1. Cierre

«¡Y no quieren venir a mí para tener vida!» (Jn 5,40).

Hoy hemos reflexionado sobre la importancia de reconocer la verdad que Jesús proclama. ¿Estás dispuesto a abrir tu corazón a su Palabra?

Nos vemos mañana en 40 días de gracia.